En los dìas tranquilos solemos viajar al campo
en los fines de semana, para disfrutar la naturaleza
en su esplendor
En las mañanas al despertar y al abrir la ventana de
mi habitaciòn se siente la frescura del aire del oxi-
geno natural , al fondo se observa la diversidad de
àrboles frutales ( aguacates, mangos, naranjas ), se
oye al unìsono el cantar de los pàjaros, el chirriar
de las chicharras, los loros con su natural alboroto,
y tambièn se invade la sensaciòn espiritual que nos
llena de plenitud y satisfacciòn.
Me llama la atenciòn un pajarito que suele detener
su vuelo para posarse en la punta de una rama casi
seca de un àrbol , cada vez que abro la ventana bus-
co al pajarito y allì està sonriò, me gusta verlo en
las mañanas y tambièn en las tardes.
En dos ocasiones no lo vì, dos dìas despues tampo-
co; comencè a preocuparme ¿ y el pajarito ? ¿ què
le habrà pasado ?, ¿ Còmo es que solemos encariñar-
nos con las cosas ? Pues...consideraba al pajarito
como algo que me pertenecìa, me sentì muy triste,
no obstante seguìa pendiente de èl siempre mirando
hacia la rama seca
Un dìa ¡ Oh alegrìa. ¡ el pajarito volviò ! una sensa-
ciòn de bienestar invadiò mi ser...
ross.